La Fábula

Fui concebida yo
Lloraba en su jaula un ave
Para volar y ser la nave
Sonora y colorida
Que embelleciera el aire y no
Para yacer aquí metida
Ni esto que vivo yo es mi vida
Ni aquí puedo ser yo

Se encontraba a la sazón
Próximo a este trino lastimero
Un lloroso y minúsculo ratón
Igualmente enjaulado y prisionero
Quien se hubo conmovido
Ante tan bello y sincero sonido
Con tanta suavidad como emoción
Respondió a la canción

Tampoco fui hermana concebido
Para este espacio sórdido habitar
Si no para horadar
Bajo tierra mi nido
Para buscar sobre ella mi alimento
Huyendo del rapaz intento
Y del sagaz felino
Y recorrer los campos como el viento
Que nace siendo libre y libre es al expirar
Jamás estuvo escrito en mi destino
Nada sobre prisiones
Ni sobre estas inmundas condiciones
Que a la naturaleza misma han de injuriar

Más de pronto esta infame exhortación
Puso punto y final a la conversación

¡Maldita sea! Silencio estúpido animal
Bramó el operador
Que en esa misma habitación se hallaba
Quien muy cansadamente se afanaba
Frente a su ordenador
Silencio y dejadme trabajar
O por mis muertos que lo vais a lamentar

Contemplando los dos aquel empeño
Y aquel fruncido ceño
Bajo la estrecha cárcel de metal
De repente comprendieron que su dueño
Era igual que ellos: Preso y animal

Y desde entonces, cuando lo pensaban
Hasta les daba lástima en verdad
Él jamás discernió la libertad
Mientras ellos, al menos, la soñaban