Llegó uma mañana de muy lejos
Em su acordeón tría viejas melodias
Uma voz de vino que hablaba de outro tempo
Y mil canciones tan sencillas como el día
Anduvo por las calles de uma gran ciudad
Quizás buscando algo más que um sureño
Golpeó puertas, endureció sus alpargatas
Añorando las tardes calmas de su Pueblo
Pensó em volver
Y mirarse outra vez
Em los ojos de su gente
Pensó em volver
Y decir que aún distante
Su alma jamás estuvo ausente
Pero era tarde
Para el passado no hay rumbos
Ni caminhos
Y envejeció
Chamameceando por las calles
Su destino
Hoy em la plaza um sombrero boca arriba
Junta monedas para quien juntaba sueños
La gente passa y ni siquiera mira al hombre
Que acordeonando llena el aire de recuerdos